En esta entrada voy a hablar de fonendoscopios, desinfectantes y del Satisfayer masculino. Qué tienen que ver estos tres elementos, pues mucho. Abro hilo.
Un estetoscopio o fonendoscopio es una de las herramientas básicas de cualquier médico y de presencia imprescindible en un maletín. El de la foto de la cabecera es el mío de cuando trabajaba como médico de familia. Según la cuenta de Twitter @cateterdoblej, el 17 de febrero de 1781 nació el médico francés René Laënnec, que cuenta la versión más romántica de la historia, que a causa de la vergüenza que sentía al acercar su oído al pecho de las pacientes, en 1816 creó un cilindro de madera de 30 cm de largo, origen del estetoscopio. Recordó a unos niños que había visto jugar con un trozo de madera, dándole golpes en un extremo y escuchando el sonido por el otro. Enrolló una hoja de su cuaderno y al poner una parte en el tórax de la mujer y el otro en su oído, descubrió que los latidos se escuchaban de forma más clara. Este hecho fue descrito por el propio Laënnec en su obra «Traité de l’Auscultation médiate et des Maladies des Poumons et du Coeur» (1819). Para encontrar el siguiente avance hay que avanzar hasta el año 1851 cuando Arthur Leared perfeccionó el mecanismo y desarrolló el fonendoscopio binaural. Con el cambio de siglo, llegó un aparato de auscultación, el Rappaport-Sprague, que fue considerado el estetoscopio acústico más refinado y que fue comercializado más tarde por Hewlett-Packard (los mismos que los de las impresoras). Pero la evolución más significativa tuvo lugar con la intervención del cardiólogo norteamericano, David Littmann, en 1960, que diseñó en un estetoscopio mucho más ligero, formado por dos campanas: una mayor con membrana de gran sensibilidad y otra sin membrana, de menor diámetro, para elegir el sistema de audición con membranas o sin ellas y delimitar el área de auscultación. También implanta un muelle interno en las gomas que realizan un ajuste de presión ligera en los pabellones auriculares (Tomado de este Blog). Hoy en día un fonendo Littmann es algo casi obligatorio en el bolsillo de la bata o colgando del cuello.


Resulta que el COVID-19 puede que haya venido a cambiar nuestra práctica diaria. Los estetoscopios tocan a muchos pacientes, pero la guía actual de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades no apoya (o no lo menciona) la desinfección entre cada paciente. Los estetoscopios rara vez se desinfectan entre pacientes y tienen altas tasas de contaminación por patógenos, idéntico al de las manos sin lavar. Son uno de los dispositivos médicos que menos se desinfectan, con unos niveles de cumplimiento reportados en torno al 30%, según un estudio publicado en la revista American Journal of Infection Control. Los investigadores encontraron que el uso de clorhexidina para desinfectar estetoscopios, en lugar de alcohol, mantiene el aparato más limpio durante más tiempo. Si bien no encontraron diferencias significativas inmediatamente después de la limpieza entre los estetoscopios limpiados con clorhexidina y los que se limpian con alcohol. Sin embargo, después de unas horas los desinfectados con clorhexidina permanecían más limpios. Aunque no se ha demostrado el incremento o la producción de infecciones relacionadas con estos dispositivos, lo que está claro es que existen patógenos en ellos, por lo que se recomienda descontaminarlos tras su uso. Podría valer pasar alcohol al 70%.

Los CDC recomiendan el uso de estetoscopios desechables. Sin embargo, estos instrumentos tienen malas propiedades acústicas, y pueden llevar a diagnósticos erróneos a los clínicos. Tenemos que buscar alternativas, como las barreras de diafragma, que pueden proporcionar una mayor seguridad sin sacrificar la función del estetoscopio, la desinfección mediante luz ultravioleta o la limpieza y desinfección entre cada paciente.
Los fonendoscopios son material no crítico y que no entra en contacto con mucosas y cavidad estéril. Podéis verlo en la Guía de la John Hopkins «Infection Prevention and Control. Module 6: Processing Surgical Instruments and Medical Devices». Pasarán años y años, y seguiremos referenciando a Spaulding (1957). Tampoco los biberones, y no hace falta esterilizarlos.
En el artículo de referencia, el primer autor (Kalra) tiene unos claros conflictos de intereses hacia el uso de las membranas para fonendoscopios; pero es un dispositivo médico que no debemos desechar. Es como ponerle una mascarilla a una trompeta.

La luz UVC puede ser una alternativa para la desinfección de estos equipos. Ya se dijo en una entrada, que esta tecnología ya se utiliza con éxito para otros equipamientos y superficies, siempre que no haya suciedad visible. Tenemos estudios sobre teléfonos móviles, mandos de TV de hospitales…

Y nos queda la clásica limpieza y desinfección manual de equipos. En un reciente artículo se revisan diferentes aspectos de la limpieza en los centros sanitarios. Por definición, la limpieza es la eliminación física de la suciedad con agua, con o sin detergente y acción mecánica, hasta que esté visiblemente limpia. Por el contrario, el proceso de desinfección tiene como objetivo eliminar muchos o todos los microorganismos patógenos para reducir el riesgo de infección y contaminación cruzada.

healthcare institutions: a narrative review (doi.org/10.1016/j.jhin.2021.03.010)
La SEMPSPH publica periódicamente su Guía de desinfectantes. Entre los desinfectantes deberemos ver el espectro de actividad, compatibilidad con materiales, tiempo de acción y preparación, sencillez de uso, y la posible toxicidad o efectos sobre la salud laboral.

Hace poco conocí un nuevo producto desinfectante. Se trata de Virusolve+, que es un Desinfectante de Alto Nivel (DAN) que se puede utilizar en superficies y para instrumental, activo incluso en presencia de materia orgánica. Es una fórmula basada en un amonio, que tiene menos efecto irritante, que cumple toda la normativa exigible (desinfectante IIb) y el Real Decreto 1591/2009:
- Esporicida: EN13704 y EN 14347
- Micobactericida: EN 14348 y EN 14563
- Bactericida: EN 1276, EN 13727, 14561 y EN 13629
- Virucida: EN 14476
- Fungicida y levuricida: EN 1275, EN 1650 y EN 13624
Los tiempos de contacto son aceptables para la acción:

Al ser un amonio no es irritante para el usuario final y no corroe las superficies y el instrumental.
Este producto se puede usar concentrado o diluido, existiendo varias presentaciones, por lo que se adapta a la forma de trabajar de los distintos servicios y zonas de nuestro centro sanitario dependiendo de si se va a usar con instrumental o es para desinfección de superficies. Puede ser concentrado, para diluir, y con distintas presentaciones dependiendo de los litros que necesites de dilución… También hay una presentación en toallitas que puede ser útil en determinadas especialidades que requieran una desinfección de bajo, medio o alto nivel.

De esta misma casa comercial, hay otras toallitas en tres tiempos, pero de las toallitas hablaremos otro día ya que hay varios sistemas en el mercado. Según el artículo hacen falta más estudios «More studies of the disinfectant-impregnated wipes efficacy in clinical practice are in need».
Y las toallitas o el Virusolve+ me dan para hablar de nuevo del Satisfayer, pero esta vez el masculino. Es el Satisfayer Men Classic. En la web lo comparan a sensaciones sublimes, difíciles de igualar, una ducha helada en un día de calor asfixiante, encender la tele y que esté empezando ‘La vida de Brian’, llegar a casa muerto de hambre y que huela a tu comida favorita, y un rato a solas con un masturbador tan grande como poderoso. Me parece algo exagerado comparar el placer de ver «La vida de Brian» con este chisme, pero para gustos… Eso sí, este invento no es de los romanos, aunque no me extrañaría que descubrieran algo parecido en Pompeya.

No me extraña que los Monthy miren este juguete con asombro. Está equipado con una funda interna de cyberskin, un material realista (dicen) especialmente suave y placentero al roce. Para sacarle un mayor partido y que el efecto sea todavía más potente, Satisfyer recomienda siempre utilizarlo con lubricantes de base acuosa. Es resistente al agua (aunque no sumergible), ergonómico y silencioso. Tiene un tamaño muy compacto y cómodo: el diámetro total es de 9,6 cm. y el diámetro insertable, de 8,5 cm.; el largo total del juguete mide 26 cm., y el insertable, 21,7 cm (no haré aquí un chiste fácil sobre tamaños).

Al igual que el femenino es muy sencillo de limpiar: bastará con sacar la manga de la carcasa, darle una vuelta y lavarla con jabón neutro (o un desinfectante específico para juguetes sexuales) y abundante agua tibia. Cuando traté este tema en el femenino, vimos que el desinfectante que se recomendaba era un amonio cuaternario, como el Virusolve+. Lo presentan específico de hombres, pero es igual al desinfectante femenino. Es un amonio (“100 g de solución contienen 0,24g didecil dimetil amonio cloruro, 0,24g alquil metil bencil cloruro de amonio, 0,24g alquil metil bencil cloruro de amonio”); y no contiene alcohol evitando irritaciones (menos mal).
He leído algunas webs sobre limpieza de juguetes sexuales, y a veces creía que estaban hablando del cuidado de una mascota personal.

El autor del blog no tiene conflicto de intereses con la casa comercial (Bimedica) que distribuye el Virusolve+, la casa 3M y sus Littmann y tampoco con el Satisfayer Men
La música final será con «Misirlou», que popularizó Tarantino en Pulp Fiction, en una versión de viento metal, percusión y un cajón. Esta música ya está asociada en la historia del cine a este peliculón.






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